Y llega otro final, otro comienzo (A petición de la Radio de los blogueros)

No existen los finales para mí. Un final es sólo una pausa que nos tomamos entre una vivencia y otra, entre una muerte y una nueva vida. Creo que todo sigue a su manera, transformándose en otra cosa.

He vivido finales muy distintos, de épocas, de amores, de amistades, de objetos queridos y con cada uno, murió un pedacito de mí, pero luego, con el tiempo, vinieron otros a reclamar su lugar y muchas veces para mejor. Y ellos trajeron nuevas ilusiones a mi vida, como casi todo lo nuevo, que siempre trae consigo la esperanza de no repetir los mismos errores que los que estuvieron antes y aún así se cometen, si no los mismos, otros distintos.

Es que no se puede ver a través de la experiencia de otros, ni sustituir los buenos y malos recuerdos que dejaron en ti esas otras cosas, esas otras personas.

Un final puede ser algo glorioso cuando termina con algo odioso, algo que tememos, algo que nos produce grandes miedos, algo que amenaza nuestro futuro y el de nuestros hijos. No hay que temer los finales, sólo hay que aceptarlos como son y unirlos a nuevos maravillosos comienzos una y otra vez para que la vida fluya como tiene que ser.

Hagamos que el final de este año sea el comienzo de uno nuevo mucho mejor, en el que la gente sea capaz de ponerse en el pellejo ajeno y ser más generoso con los que le rodean y también con los extraños, más duro con los que roban las ilusiones a diario, más tacaños con las mentiras, en fin, más humanos. En vez de punto y seguido... este año, hagamos punto y aparte.

Bendito final de 2009. Feliz Año nuevo 2010.

Un fuerte abrazo.