Juan

En mi corazón, te he sido siempre fiel. No importan las noches en que me abracé con otros cuerpos, en que regalé mis sonrisas a otros, pues eran todas para ti. He sobrevivido cada día durante los años de tu ausencia, dibujando tu rostro, compartiendo contigo mis sentimientos, mis deseos, mis sueños, haciéndote cómplice de mí aventura. Esperando que un día fueses tú quien llamara a mi puerta, diciéndome: ahora todo irá bien, estoy aquí para amarte, para aceptarte como eres, para entenderte como nadie lo ha hecho.

Y por fin, llegaste, rodeado de tenue luz, como un sol en un día nublado. Primero, tímido y luego brillaste tanto, que por fin te llevaste el invierno de mi corazón. Y te amaré por ello, cada día de mi vida, por levantarme cuando había caído, por escucharme en mis delirios, por sonreírme, por darme tanta ternura, por transmitirme tu pasión de tal manera que me haces vibrar. Por hacerme feliz, gracias.

Gracias por ayudarme a cumplir cada uno de mis sueños y por estar ahí para crear otros nuevos. Gracias por tus miradas y tus abrazos, por nuestras charlas, por las ampollas en tus manos. Gracias por las horas en nuestra casa y por las promesas de sobrevivir a un futuro incierto.

TQMDLKPE,

Cosita Diminuta