Y era el amanecer de otro día, mi bien,
cuando en tu boca se dibujó una sonrisa
Apartando así, tormenta de mi sien,
Apareció el sol, detrás de tus curvas (después de tanta lluvia)
Lentamente y con timidez,
Asombrado de tus bellas formas,
Y trayendo su calidez.
Eres el que trae alegre vida
Y pones mil colores a mi corazón
Curando así cualquier herida
Que haya creado mi razón.
Que no hay un día que yo no te desee
Que no te llame a gritos mi piel
Y mi mente así prevé
Que no pararé hasta agotar tu miel.
Pues qué más cabe decir. Este poema me acaba de hacer feliz. Enhorabuena.
ResponderEliminarY besos.
Que alegría sentirse así.
ResponderEliminarUn beso
Es un "gran" hombre, amiga. Cuídalo...
ResponderEliminarGracias Juanma y cierto, no cabe más decir.
ResponderEliminarMiarma, ojalá nos sintamos siempre así.. o no? :) quizás sería aburrido y no notaríamos las diferencias..
Leti, sí, es un gran hombre, en muchos sentidos. Besos a todos.